El Día Internacional de la Biblioteca fue establecido por la Unesco en 1997 para reivindicar el importante papel cultural que estos espacios desempeñan y se conmemora el 24 de octubre de cada año, en memoria de la Biblioteca de Sarajevo, incendiada en esa fecha de 1992 durante la guerra de Bosnia.
Este es el cartel elegido este año para la celebración del Día Internacional de la Biblioteca con el pregón "Magia en las letras" de Lucia González Lavado.
Magia en las letras
Lucía González Lavado
¡Viajes y aventuras! Solemos pensar en ellos como algo difícil de alcanzar, actividades que deben organizarse con tiempo, planeadas hasta el mínimo detalle y que en muchas ocasiones, nos dejamos vencer por la tristeza al pensar que solo unos pocos afortunados pueden llevarlos a cabo.
¡Pero nos equivocamos!
Todos hemos vivido aventuras, viajes inimaginables, amores prohibidos e incluso hemos conocido a más personas de las que en realidad creemos. Y todo ello desde la comodidad de nuestro sillón favorito, acurrucados entre mantas una fría noche de invierno o una tarde lluviosa. Porque no hay nada más mágico y al alcance de todos que el poder que transmiten las letras.
Gracias a los libros podemos conocer otros países, otras culturas y otras vidas. Solo tenemos que abrir una novela, permitir que nos envuelva el aroma del papel, ese perfume que tanto nos apasiona a los amantes de la lectura, y dejarnos llevar por el misterio que, página tras página, nos traslada a vivir otra realidad.
Cuando lo deseemos, en cualquier momento, a la hora que sea, podemos traspasar las fronteras del espacio y el tiempo. Ser lo que queramos. Un detective en el siglo XVIII, un héroe que se enfrenta a sus mayores miedos o algo tan fantástico e irreal como ser el jinete de un dragón en plena Edad Media, o por qué no, un villano que, por amor, lo deje todo.
Ese es el poder de las letras. Pues un libro no consta solo páginas, son la herramienta para hacernos soñar, alas a nuestro alcance, capaces de trasladarnos a donde deseemos.
Como escritora, cuando plasmo una nueva historia, sobre todo pienso en mis lectores y en proporcionarles algo diferente. Me gusta la fantasía, la magia y crear mundos que hasta el momento solo estaban en mi cabeza y que anhelo compartir.
Utilizo mis palabras como puente, como un salvoconducto para transportar a todos aquellos que me leen a vivir aventuras. Les invito a acompañar a personajes valientes, protagonistas de armas tomar que se enfrentan a la vida y a los problemas y todo ello aderezado con amor, fantasía y bellos mundos que no tienen cabida en nuestro día a día.
Pero antes de ser escritora, también soy lectora. Y admiro el trabajo de mis compañeros de profesión, del poder que unas letras pueden adquirir. Pues ellos fueron quienes me adiestraron de pequeña e influyeron para que me convirtiera en la persona que soy hoy en día.
Gracias a escritores y escritoras viví decenas de aventuras, pasé miedo, viajé a mundos donde la magia existía y en muchas ocasiones acompañé a valientes detectives que ponían en peligro sus vidas para desentrañar un crimen e intentar comprender la mente humana.
Un libro es mucho más que un centenar de páginas ante nosotros, esperando ser leídas. Vivimos en unos tiempos donde la realidad pesa demasiado sobre nuestros hombros. Donde en muchas ocasiones se nos priva de soñar o fantasear y es algo que no debemos permitir.
En una época donde la tecnología avanza a pasos agigantados, no hemos de olvidar los lugares donde, a nuestro alcance, se encuentran las mayores historias jamás contadas.
Hablo de un lugar amado por muchos, repleto de libros, de estantes llenos de estos, donde uno disfruta deslizando sus dedos entre los lomos de todas las novelas, deteniéndonos por un instante frente a esas historias, ojearlas y descubrir qué nos oculta.
¡Bibliotecas! Espacios que debemos conservar. Para mí fueron uno de los lugares que más me enternecieron durante mi infancia. Adoraba el silencio, la calma que se respira en ellas, interrumpida en ocasiones por murmullos, los cuales no rompían la magia del lugar, sino todo lo contrario.
Y sobre todo amaba las letras que allí me esperaban, deseando ser leídas y durante un tiempo, llenar de magia e imaginación, a quien lo tuviera en sus manos.
Porque a pesar de lo que se diga, no hay nada más apasionante que sumergirte en una novela, solo has de encontrar la apropiada, aquella que está escrita para ti y te abrirá los ojos a la mayor experiencia que jamás hayas vivido.
Por ello, a todos los que me leéis, os invito a entrar en una biblioteca. Disfrutad de su calma, del silencio, y como yo hice de niña, desliza tus dedos entre los ejemplares que tienes ante ti, escoge uno y… ¡vive la magia de las letras!
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